30 de marzo de 2011

El caos de la parada

 Wuilliams Vielma

     Una mañana nublada, 6:00 am suena el despertador indicando que es hora de levantarme, no le doy importancia y continúo durmiendo.  6:15 am ¡Ya se me hizo tarde de nuevo! Me levanto a toda velocidad para estar listo, 6:25 am salgo de mi casa con el tiempo en mi contra y me dirijo a la parada del autobús. El día está muy frío pero trato de ignorarlo para que no me dé flojera.
    6:30 am ¡Vaya sorpresa! La parada está atiborrada de personas que se ven tan apresuradas como yo. Ya son las 6:37 y el autobús nada que llega, me empiezo a preocupar.
        6:40 am ¡Un rayo de esperanza me ilumina al observar que viene el autobús!, las personas se apuraban para conseguir un asiento disponible, parecían animales salvajes luchando por un pedazo de carne. Estoy de suerte y logro irme sentado, durante el trayecto de mi lugar de residencia a Valera caí en la tentación de quedarme dormido, ¡Gracias a Dios la señora que iba a mi lado me despertó cuando íbamos llegando!
      6:57 am Faltan tan sólo tres minutos para que toquen el timbre, a la velocidad de la luz subo por la avenida Bolívar, ¡Al fin llego al colegio! ¡Y lo hice a tiempo! Cuando recupero el aliento me doy cuenta de que debo levantarme más temprano, pues el transporte público en la ciudad es no el mejor.


      No hay suficientes buses, por lo que tenemos que irnos de pie, muchos tienen los asientos dañados, otros colocan música a todo volumen que hace que tengamos que gritar para quedarnos en una parada, y con todo y eso a veces nos dejan en la siguiente. Pero lamentablemente esto es lo que hay y todos los días tenemos que seguir montandonos en ellos.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
Design by Wordpress Theme | Bloggerized by Free Blogger Templates | free samples without surveys